La Enfermedad Celíaca (EC) o Celiaquía es una enfermedad crónica, multi-orgánica autoinmune, que daña como primera consecuencia la mucosa del intestino delgado (sus vellosidades intestinales, por las cuales se absorben los nutrientes), y afecta a personas con predisposición genética, producida por una intolerancia a las proteínas del gluten.
Éstas proteínas son las gliadinas en el trigo, secalinas en el centeno, hordeínas en la cebada y, posiblemente, las ¿aveninas? en la avena.(Últimamente se ha visto que la toxicidad de la avena está en controversia, ya que se ha demostrado que adultos con EC toleran hasta 50 g de avena al día sin recaída clínica o efectos adversos en la mucosa de intestino delgado). Como consecuencia, se establece un defecto de utilización de nutrientes (principios inmediatos,sales y vitaminas) a nivel del tracto digestivo, cuya repercusión clínica y funcional va a estar en dependencia de la edad y la situación fisiopatológica del paciente.
Esta intolerancia es de carácter permanente, se mantiene a lo largo de toda la vida y se presentaen sujetos genéticamente predispuestos a padecerla. Parece que la ausencia de lactancia materna, la ingestión de dosis elevadas de gluten, así como la introducción temprana de estos cereales en la dieta de personas susceptibles, son factores de riesgo para su desarrollo.
Un régimen estricto sin gluten conduce a la desaparición de los síntomas clínicos y de la alteración funcional, así como a la normalizaciónde la mucosa intestinal.
Las características clínicas de la EC difieren considerablemente en función de la edad de presentación. Los síntomas clásicos intestinales y el retraso del crecimiento, son frecuentes en aquellos niños diagnosticados dentro de los primeros años de vida. El desarrollo de la enfermedad en momentos posteriores de la infancia, como son la adolescencia y la edad adulta, viene marcado por la ausencia de los síntomas clásicos relacionados con el aparato digestivo, y la aparición de síntomas extraintestinales, Incluso una parte de enfermos celíacos son completamente asintomáticos a nivel digestivo, dificultando con ello, un diagnóstico precoz de la enfermedad.
La mayoría de celíacos adultos, llegan a su diagnóstico después de peregrinar de consulta, en consulta médica, durante muchos años de sufrir diferentes dolencias, las cuales los médicos no asocian que puedan ser debidas a una Enfermedad Celíaca.
Tiempo atrás, existía la creencia de que la EC se trataba de una enfermedad poco frecuente, una enfermedad rara, y que afectaba fundamentalmente a niños. En la actualidad se sabe que la prevalencia mundial es elevada, de hecho, la Celiaquía es una enfermedad muy frecuente realmente, y es que se sabe que aproximadamente la padece el 1-2 % de la población general, y que de ese porcentaje de la población afectada por la EC, NO están aún diagnosticados en torno al 85% de celíacos. Ésta enfermedad puede presentarse en cualquier edad de la vida, tanto en niños como en adultos.
Se han descrito numerosas asociaciones de EC con otras patologías, muchas con base inmunológica, como por ejemplo, y por citar algunas de ellas, dermatitis herpetiforme (considerada, realmente,como la enfermedad celíaca de la piel), déficit selectivo de IgA, diabetes mellitus tipo I o tiroiditis y hepatitis autoinmune, entre otras .
La EC puede mantenerse clínicamente silente e incluso en situación de latencia con mucosa intestinal inicialmente normal consumiendo gluten en algunos sujetos genéticamente predispuestos.
Los síntomas que pueden aparecer son muy variados, no existe un patrón único definido, ni una clínica común para todos los pacientes.
Las presentaciones de la enfermedad son múltiples y muy diferentes, con o sin otras enfermedades autoinmunes asociadas. Debido a ello, a la enfermedad celíaca se la conoce también como «la enfermedad de las mil caras» o la «gran camaleónica».
La malignización es la complicación potencial más grave, y viene determinada por la presencia mantenida de gluten en la dieta, incluso en pequeñas cantidades. Por tanto, una dieta estricta sin gluten, constituye la piedra angular del tratamiento de la EC, y debe ser recomendada durante toda la vida, tanto a los enfermos sintomáticos como a los asintomáticos.
Cabe destacar que la EC NO es una alergia al gluten sino una intolerancia permanente al gluten. En otras palabras, ambas existen, pero no tienen nada que ver la una con la otra, el mecanismo a través del cual el gluten es tóxico para los pacientes celíacos, es totalmente diferente que en la alergia al gluten. Cada dolencia genera una respuesta del sistema inmune distinta.